MARIA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS

MARIA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS (COMUNIDAD CATOLICA, APOSTOLICA Y ROMANA).

MARIA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS ES UNA COMUNIDAD EN LA CUAL TODOS LOS MIEMBROS NOS REUNIMOS DIARIAMENTE (NOCHE Y DIA) PARA VENERAR A LA MADRE DEL REDENTOR DEL MUNDO. TE INVITAMOS A COMPARTIR CON NOSOTROS LAS GRANDEZAS QUE SOLO ELLA NOS SABE DAR. MARIA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS. RUEGA POR NOSOTROS. AMEN. EN EL SIGUIENTE LINK PODRAS CONOCER MAS SOBRE NUESTRA COMUNIDAD; http://mariamedianera.ning.com

jueves, 20 de mayo de 2010

NOVENA AL ESPIRITU SANTO (AUTOR: CATHOLIC.NET)


Autor: Catholic.net Fuente: Catholic.net Novena al Espíritu Santo

Oraciones para cada día.

Novena al Espíritu Santo
Por la señal, etc.Señor mío Jesucristo, etc.
ORACIONES PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita!¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente.Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.
Invocación al Espíritu Santo
Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso. Amén.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS(excepto el último día)
Himno al Espíritu Santo
¡Ven, oh Criador Espíritu! nuestras almas visitad, los pechos, que Vos criasteis, llene gracia celestial. Pues sois Paráclito Espíritu, Don del Padre celestial, fuente viva, sacro fuego, unción santa, espiritual. En tus dones setiforrnes, tu promesa paternal, dedo eterno de Dios Padre nuestras lenguas inflamad. Ilustrad nuestros sentidos, el corazón inflamad, nuestros cuerpos, que son flacos, con vuestra virtud armad. Apartad los enemigos, danos la divina paz y siendo Vos nuestra guía huyamos toda maldad. Par Vos al Padre y al Hijo, en esta vida mortal conozcamos, y creamos siempre tu Divinidad.A Dios PADRE sea gloria, al HIJO gloria inmortal y al Espíritu PARÁCLITO por toda la Eternidad. Amén.
Oración
¡Oh Espíritu Santo! Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los corazones humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo consiga lo que deseo y pido en este día, dignáos concedérmelo benignamente; y sino dirigid mi petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de la salvación de mi alma. Amén.
Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que más necesite.
Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona, verso, respuesta y oración siguientes:
Antífona
No os dejaré huérfanos, aleluya; voy y vengo a vosotros, aleluya; y se alegrará vuestro corazón, aleluya, aleluya.
V. Enviad, Señor, vuestro Santo Espirito, y serán creados.
R. Y renovaréis la faz de la tierra.
Oración
Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
A continuación rezar la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.
¡Oh Espíritu Santo! Fuente viva de divinas aguas que, en la creación del mundo, santificasteis las inmensas que rodeaban el mundo y las aguas del Jordán en el bautismo de Jesucristo, Señor nuestro; yo os suplico que seáis en mi espíritu, tan árido y seco, la Sagrada fuente de aguas vivas, que jamás se agote y salte hasta la vida eterna; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Que haciendo sombra con vuestra virtud altísima a la purísima Virgen María, y llenándola al mismo tiempo de gracia, obrasteis de un modo inefable y omnipotente la obra infinita de la Encarnación del Verbo eterno, en el seno virginal de vuestra celestial Esposa: haced sombra a mi alma y concededme la gracia necesaria para que yo sea digno de recibir al mismo Verbo divino hecho hombre y sacramentado por mi amor, y también la especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra, y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA TERCERO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Celestial paloma que, abriendo de par en par los cielos, bajasteis sobre Jesús ya bautizado en el Jordán, simbolizando: que desde cl momento en que tomó la naturaleza humana, habitaba en él la plenitud de la Divinidad; bajad sobre la mía pobre y miserable y llenadla del don de sabiduría de consejo, de entendimiento y fortaleza, de ciencia, piedad y temor de Dios; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA CUARTOComenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Nube lúcida que haciendo en el Tabor sombra a Jesús transfigurado y glorioso, ilustrasteis aquel Santo monte, y amparasteis en su excesivo temor a los Apóstoles, comunicándoles después de la Ascensión de su Divino Maestro mucha luz, fervor y gracia; ilustrad, proteged y fecundad mi alma para que yo sea digno discípulo de Jesús, y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA QUINTO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Suave viento que llenó el Cenáculo y dio fuerza y valor a los corazones de cuantos os esperaban, orando fervorosamente unidos con una alma y un corazón: ocupad ¡oh Espíritu de vida y amor! toda la casa de mi pequeño espíritu, mí memoria, entendimiento y voluntad: y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA SEXTO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.Oh Espíritu Santo! Luz clarísima que ilustró el entendimiento de los santos Apóstoles, comunicándoles, como Sol divino, toda la luz que necesitaban para su perfección y para la conversión del mundo: llenad ¡oh luz beatísima! todos los senos tenebrosos de mi interior, para que os conozca y dé a conocer a todo el mundo; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Sagrado fuego que apareciendo visible sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, inflamasteis divinamente sus corazones para que, abrasados en vuestro amor, encendiesen después a todo el mundo en las mismas sagradas llamas: encended en vuestros santísimos ardores mi corazón helado, para que, abrasado mi espíritu en ellos, encienda en vuestro divino amor a cuantos tratare; y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA OCTAVO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Llama ardiente de caridad que con el fuego de vuestro amor inflamando el corazón de los santos Apóstoles y de todos los hombres Apostólicos, les comunicasteis el don de lenguas para la conversión del mundo; inflamad sagrado fuego de amor a mi corazón y mi lengua para que siempre hable gobernado por vuestro Espíritu, y fervoroso en la caridad, inflame a todos para que observen fielmente vuestros divinos mandamientos; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
DÍA NOVENO
Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.¡Oh Espíritu Santo! Caridad esencial que, difundida en los corazones humanos, los divinizáis comunicándoles todas las divinas gracias que se incluyen en nuestros siete dones, y comprenden cuanto necesita la vida espiritual, propia de cada uno, y la que deseáis se comunique a todos los hombres: difundidlos, ¡oh Caridad santísima! en mi corazón tan pobre de vuestros siete dones, y que con ellos publique vuestras grandezas. ¡Oh Dios misericordioso! Vos, que antiguamente llenasteis en este dichoso día los pechos apostólicos de vuestra gracia, llenad los nuestros de vuestros divinos carismas, concedednos tranquilos tiempos, confirmad las gracias que os hemos pedido en esta Novena, si son para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
Después de esta oración, en lugar de la antífona, verso, respuesta y oración de todos los días, se dirán las siguientes:
Antífona para el DÍA NOVENO
Hoy se completaron los días de Pentecostés, aleluya;
hoy se reproducen los felices gozos, cuando el Espíritu Consolador bajó sobre sus Apóstoles, aleluya;
hoy, rayando el resplandor del divino fuego, reposó el Espíritu Santo en forma de lenguas sobre ellos, aleluya;
hoy les hace fecundos en palabras, les inflama de su amor y les llena de´ sus innumerables carismas, aleluya, aleluya.
V. Fueron todos llenos del Espíritu Santo, aleluya.
R. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, aleluya.
Oración
Oh Dios, que habéis instruido en este día los Corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadme el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

LA HOMOSEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA (AUTOR: DR. SANDER BREINER)


Autor: Dr. Sander Breiner La Homosexualidad en la adolescencia

Tema presentado por el Dr. Sander Breiner En la conferencia de NARTH, Noviembre, 2004

La Homosexualidad en la adolescenciaSe suele hablar de los años de la adolescencia como una unidad, donde existen generalidades e incluso datos específicos que cubren toda la estructura de la época adolescente. Justo como es obvio en un grupo, los niños de dosaños de edad son significativamente diferentes de los que tienen un año de edad pero las personas de 22 años de edad son muy similares a las de 23.Podemos reconocer que existen diferencias significativas en una extensión dedos años de edad a lo largo de los años de la preadolescencia y la adolescencia. Además de las variaciones de edad existen variacionessignificativas que tienen cualidad genética, una cualidad social familiar y la cualidad social estatal. Es importante mantener estos conceptos en mente cuando se mira al sujeto en general además de cualquier entidad clínica específica. Estas palabras se han dicho antes pero no se han aplicado generalmente.Para acceder al documento completo


miércoles, 19 de mayo de 2010

ORACIONES MARIANAS (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).




Oraciones Marianas


























































































































• Oración del Padre Hurtado a la Virgen



DOCUMENTOS PONTIFICIOS SOBRE MARIA (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).


Documentos Pontificios sobre María



Presencia de María en el origen de la IglesiaDurante la audiencia general del miércoles 6 de septiembre de 1995.



Rosarium Virginis MariaeCarta apostólica sobre el Santo Rosario 16 octubre 2002. SS Juan Pablo II.

DOGMAS MARIANOS (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).


Dogmas Marianos



María: Madre de Dios.María ¿es verdaderamente Madre de Dios? ¿por qué creemos esto? ¿qué implicaciones tiene?



La Inmaculada Concepción de María.¿Qué significa "Inmaculada Concepción"? ¿Por qué es un dogma? ¿Qué implica?



María... ¿Fue siempre virgen?¿Podemos decir que María fue siempre virgen? María... ¿Quiso esta virginidad? ¿María había pensado en consagrar a Dios su virginidad antes que viniera el ángel? ¿Qué sentido tiene la virginidad?...



La Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos.¿Qué significa que la Virgen es Asunta? ¿Es eso posible?



Introducción al estudio: María... ¿Corredentora?¿Qué significa "corredención"? María Corredentora ¿Cuál es la doctrina de la Iglesia respecto a este tema?...

APARICIONES DE MARIA (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).


Apariciones de María




Nuestra Señora de LausReconocidas oficialmente las apariciones de Nuestra Señora de Laus



Verdaderas y falsas apariciones.El principio general se enuncia así: El demonio estimula fuertemente los actos de religión...


Akita, Nuestra Señora deLa Virgen nos implora con urgencia que retornemos a Su Hijo. Si no hay conversión el pecado conducirá al gran castigo...

CELEBRACIONES DE LA VIRGEN MARIA (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).


Celebraciones de la Virgen María:







Inmaculado Corazón de la Virgen 31 mayo 2008 (día siguiente del Sagrado Corazón de Jesús)



MAYO: MES DE MARIA (AUTOR: CATHOLIC.NET/FUENTE: CATHOLIC.NET).



Mayo: Mes de María


La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.¿Qué se acostumbra hacer este mes?
Ofrecimiento de flores a la Virgen.
Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos más adelante, en la página........Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.
Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.
Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:-la Anunciación-la Visita a su prima Isabel-el Nacimiento de Cristo-la Presentación del Niño Jesús en el templo-el Niño Jesús perdido y hallado en el templo-las Bodas de Caná-María al pie de la cruz.
Recordar las apariciones de la Virgen.
En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.
Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:
1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.
María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.Varias oraciones Marianas
Cantar las canciones dedicadas a María
Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
Treinta días de oración a la Reina del Cielo

C - Domingo de Pentecostés (AUTOR: P. OCTAVIO ORTIZ/FUENTE: CATHOLIC.NET).



Autor: P. Octavio Ortíz Fuente: Catholic.net C - Domingo de Pentecostés
Primera: Hch 2,1-11; Salmo 104; Segunda: 1Co 12, 3b-7. 12-13; Evangelio: Jn 20,19-23

C - Domingo de PentecostésSagrada EscrituraPrimera: Hch 2,1-11 Salmo 104Segunda: 1Co 12, 3b-7. 12-13Evangelio: Jn 20,19-23Nexo entre las lecturasEl Espíritu Santo que el Señor había prometido a sus apóstoles, se derrama hoy profusamente sobre ellos y los llena de un santo ardor para anunciar la buena noticia de la resurrección del Señor. Nuestra meditación se concentra en este día en la persona del Espíritu Santo y su acción santificadora en el corazón de los apóstoles. Los hechos de los apóstoles nos narran el evento mismo de Pentecostés. Los discípulos reunidos en oración con María, son iluminados por la acción del Espíritu santificador e inician su actividad de predicación (1 L). San Pablo, en la primera carta a los corintios, subraya que sólo gracias a la acción del Espíritu podemos llamar a Cristo, el Señor, es decir, sólo gracias al Espíritu Santo podemos proclamar su divinidad (2L). El evangelio nos presenta a Jesús resucitado que confiere a sus apóstoles poder para perdonar los pecados por la recepción del Espíritu Santo. En la predicación, en la proclamación de la fe, en la administración de los sacramentos es el Espíritu Santo quien obra y da fuerzas al apóstol.Mensaje doctrinal 1. Jesús envía el Espíritu Santo. Jesucristo envía el Espíritu Santo, abogado y defensor, santificador de las almas. En verdad, el Espíritu Santo nos precede y despierta en nosotros la fe, de tal modo que sólo quien posee el Espíritu Santo puede proclamar que Cristo es Señor. El Espíritu Santo -dice el Catecismo de la Iglesia Católica- con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva: "que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo". Él nos lleva al conocimiento profundo de Cristo, de su obra redentora, de su amor a los hombres. Él despierta en nosotros la nostalgia de Dios, nos da aquella suavidad que es necesaria para creer y para abandonarse incondicionalmente en la Voluntad de Dios. No obstante, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad. Creer en el Espíritu Santo es profesar que el Espíritu Santo es una de las personas de la Santísima Trinidad, consubstancial al Padre y al Hijo, "que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria" como proclama el Símbolo Niceno-Constantinopolitano. Aquél que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo (cf. Ga 4,6) es realmente Dios.El Catecismo de la Iglesia católica expone sucintamente la acción conjunta de Cristo y el Espíritu Santo: “Jesús es Cristo, "ungido", porque el Espíritu es su Unción y todo lo que sucede a partir de la Encarnación mana de esta plenitud. Cuando por fin Cristo es glorificado, puede a su vez, de junto al Padre, enviar el Espíritu a los que creen en él: Él les comunica su Gloria, es decir, el Espíritu Santo que lo glorifica. La misión conjunta se desplegará desde entonces en los hijos adoptados por el Padre en el Cuerpo de su Hijo: la misión del Espíritu de adopción será unirlos a Cristo y hacerles vivir en Él”. (Catecismo de la Iglesia Católica n.690).2. La misión del Espíritu Santo. Hemos recordado que, una vez que el Señor envía su Espíritu sobre los hijos de adopción, sobre todos los hombres redimidos, su acción será: unirlos a Cristo y hacerlos vivir en Él. Es necesario analizar brevemente estos dos puntos:a) Unirlos a Cristo. El Espíritu Santo nos une a Cristo. Nos ayuda a ver a Cristo Señor en su divinidad y en su humanidad, a sentirlo como compañero “incomparable” de nuestras vidas. La amistad con el Espíritu Santo es la que nos ofrece ese conocimiento íntimo y experiencial de Cristo. Por eso, nunca debemos de cansarnos de promover en nosotros y en las almas, esa amistad sencilla, espontánea, generosa con el Espíritu Santo. Por el bautismo, Él habita en nosotros, somos templos suyos, Él nos conduce a la verdad completa, Él nos revela el corazón de Cristo. Así, quien tiene devoción al Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad, llega a un más profundo y mejor conocimiento de Cristo y su obra redentora y del Padre y su amor infinito. b) El Espíritu Santo nos hace vivir en Cristo. En realidad los diálogos íntimos que sostiene el alma con el Espíritu Santo la van conduciendo a una concepción de la vida, de los hombres, del mundo. El Espíritu Santo va “cristificando” a cada uno, lo lleva a la verdad completa. La amistad con el Espíritu Santo, como expresa adecuadamente el P. Marcial Maciel, “es una amistad que exige una constante atención, un saber escuchar y un actuar fielmente, cueste lo que cueste, según le agrade al dulce «Huésped del alma». En los coloquios y diálogos que de día y de noche se sostienen con Él es donde se va aprendiendo el verdadero sentido del tiempo y la eternidad, de la fidelidad en el amor, de la vanidad de todas las cosas que no sean Dios y de la relatividad de cuanto nos ocurre en el trato con las criaturas. Él nos enseña a amar, nos enseña a perdonar, nos enseña a olvidar las injurias; a buscar y hacer el bien sin esperar recompensa; a confiar en Dios y a amarle sobre todas las cosas”. Todo esto es vivir en Cristo y, sobre todo, nos ayuda a comprender nuestra parte en la obra de la salvación. Nos convierte en apóstoles aguerridos, nos hace sentir las necesidades de la Iglesia, de las almas. Si somos sacerdotes, nos da un santo celo para gastarnos y desgastarnos por los fieles; si somos religiosos nos ayuda a comprender más a fondo las exigencias de la “sequela Christi”; si somos padres nos ayuda a perseverar en la misión de educar en la fe, en la moral y en todo aquello que es propiamente humano a nuestros hijos. En fin, el Espíritu Santo nos ayuda a comprender nuestra misión en la vida como miembros del Cuerpo de Cristo. Nos ayuda a vivir “en Cristo”.Sugerencias pastorales 1. Cultivo de la amistad con el Espíritu Santo. A las personas de nuestras comunidades podemos ofrecerles un camino inefable y sencillo de santificación. Se trata de cultivar una íntima amistad con el Espíritu Santo. Hay que ayudar a cada persona a descubrir que tienen, si viven en gracia, un “dulce huésped” en su corazón y que son templos vivos del Espíritu de Dios. Nada les impide establecer diálogos espontáneos, llenos de candor y sencillez con Él. Él ilumina sus vidas, es decir, ilumina su inteligencia para comprender mejor el amor de Dios; Él fortalece su voluntad para que puedan perseverar en el camino de la vida superando las diversas dificultades y sufrimientos que comporta; Él los consuela en la adversidad y en el fracaso; Él está presente en cada sacramento ofreciendo la gracia divina; Él ayuda a discernir en cada momento qué debo hacer y cómo debo hacerlo. Un modo muy práctico y muy sencillo de cultivar esta amistad es la repetición de alguna jaculatoria. Les propongo una muy sencilla: Espíritu Santo, fuente de luz, ilumíname. Ante las grandes decisiones de la vida, o ante los pequeños contratiempos, ante los sufrimientos íntimos, repitamos con sencillez: Espíritu Santo, fuente de luz, ilumíname.2. Examinar nuestros pensamientos. No todos los pensamientos que llegan a nuestra mente y corazón son, por sí mismos, buenos. A veces, pueden ser tentaciones que nos presenta el demonio; a veces, pueden ser sugestiones que nacen de nuestras propias pasiones heridas por el pecado original. No siempre buscamos el bien como debiéramos, por ello, es necesario vigilar y enderezar la nave de nuestra vida. Seamos sinceros con nosotros mismos y desnudemos nuestra alma ante Dios para decirle, Señor, ilumíname, despréndeme de mí mismo. No permitas que me engañe, sino ayúdame en todo a ser sincero en el amor. Es el Espíritu Santo quien nos puede ayudar en esta magna empresa del desprendimiento de nosotros mismos, quizá la más importante de todas nuestra empresas.

Benedicto XVI: “Fátima, lugar privilegiado de la misericordia de Dios”






Benedicto XVI: “Fátima, lugar privilegiado de la misericordia de Dios”Hoy en la Audiencia General



CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 19 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el contenido de la intervención del Papa Benedicto XVI hoy, durante la Audiencia General concedida en la Plaza de San Pedro, a los cerca de 13.000 peregrinos presentes, procedentes de todo el mundo.
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Queridos hermanos y hermanas
hoy deseo recorrer junto a vosotros las diversas etapas del Viaje apostólico que realicé en estos días pasados a Portugal, movido especialmente por un sentimiento de reconocimiento hacia la Virgen María, que en Fátima transmitió a sus videntes y a los peregrinos un intenso amor por el Sucesor de Pedro. Doy gracias a Dios que me ha dado la posibilidad de rendir homenaje a ese pueblo, a su larga y gloriosa historia de fe y de testimonio cristiano. Por tanto, como os había pedido que acompañaseis esta visita pastoral mía con la oración, ahora os pido que os unáis a mí al dar gracias a Dios por su feliz desarrollo y conclusión. A Él confío los frutos que ha traído y traerá a la comunidad eclesial portuguesa y a toda la población. Renuevo la expresión de mi vivo reconocimiento al Presidente de la República, señor Anibal Cavaco Silva y a las demás Autoridades del Estado, que me han acogido con tanta cortesía y han predispuesto cada cosa para que todo pudiese llevarse a cabo de la mejor manera posible. Con intenso afecto, recuerdo a los hermanos obispos de las diócesis portuguesas, a quienes he tenido la alegría de abrazar en su tierra, y les agradezco fraternalmente por cuanto han hecho para la preparación espiritual y organizativa de mi visita, y por el notable empeño dedicado en su realización. Dirijo un pensamiento particular al Patriarca de Lisboa, cardenal José da Cruz Policarpo, a los obispos de Leiría-Fátima, monseñor Antonio Augusto dos Santos Marto, y de Oporto, monseñor Manuel Macario do Nascimento Clemente, y a sus respectivos colaboradores, como también a los diversos organismos de la Conferencia Episcopal guiada por el obispo monseñor Jorge Ortiga.
A lo largo de todo el viaje, realizado con ocasión del décimo aniversario de la beatificación de los pastorcillos Jacinta y Francisco, me he sentido espiritualmente apoyado por mi amado predecesor, el venerable Juan Pablo II, que estuvo tres veces en Fátima, agradeciendo esa “mano invisibile” que le libró de la muerte en el atentado del trece de mayo, aquí en esta Plaza de San Pedro. La tarde de mi llegada celebré la Santa Misa en Lisboa, en el encantador escenario del Terreiro do Paço, que se asoma sobre el río Tajo. Fue una asamblea litúrgica de fiesta y de esperanza, animada por la participación gozosa de numerosísimos fieles. En la Capital, de donde partieron en el transcurso de los siglos tantos misioneros para llevar el Evangelio a muchos continentes, animé a los diversos componentes de la Iglesia local a una vigorosa acción evangelizadora en los diversos ámbitos de la sociedad, para ser sembradores de esperanza en un mundo a menudo marcado por la desconfianza. En particular, exhorté a los creyentes a hacerse anunciadores de la muerte y resurrección d Cristo, corazón del cristianismo, centro y fundamento de nuestra fe y motivo de nuestra alegría. Pude manifestar estos sentimientos también durante el encuentro con los representantes del mundo de la cultura, que se celebró en el Centro Cultural de Belém. En esta ocasión puse de manifiesto el patrimonio de valores con los que el cristianismo ha enriquecido la cultura, el arte y la tradición del Pueblo portugués. En esta noble Tierra, como en todo otro país marcado profundamente por el cristianismo, es posible construir un futuro de comprensión fraterna y de colaboración con las demás instancias culturales, abriéndose recíprocamente a un diálogo sincero y respetuoso.
Me dirigí después a Fátima, pequeña ciudad caracterizada por una atmósfera de auténtico misticismo, en la que se advierte de manera casi palpable la presencia de la Virgen. Me hice peregrino con los peregrinos en ese admirable Santuario, corazón espiritual de Portugal y meta de una multitud de personas procedentes de los lugares más diversos de la tierra. Tras haber permanecido en recogimiento orante y conmovido en la Capillita de las Apariciones en Cova da Iria, presentando al Corazón de la Virgen Santa las alegrías y las esperanzas además de los problemas y los sufrimientos del mundo entero, en la iglesia de la Santísima Trinidad tuve la alegría de presidir la celebración de las Vísperas de la Beata Virgen María. Dentro de este templo grande y moderno, manifesté mi vivo aprecio a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas, a los diáconos y a los seminaristas venidos de todas partes de Portugal, agradeciéndoles por su testimonio a menudo silencioso y no siempre fácil y por su fidelidad al Evangelio y a la Iglesia. En este Año Sacerdotal, que llega a su fin, animé a los sacerdotes a dar prioridad a la escucha religiosa de la Palabra de Dios, al conocimiento íntimo de Cristo, a la intensa celebración de la Eucaristía, mirando al luminoso ejemplo del Santo Cura de Ars. No dejé de confiar y consagrar al Corazón Inmaculado de María, verdadero modelo de discípula del Señor, a los sacerdotes de todo el mundo.
Por la noche, con miles de personas que se habían dado cita en la gran explanada ante el Santuario, participé en la sugestiva procesión de las velas. Fue una estupenda manifestación de fe en Dios y de devoción a la Madre suya, expresadas con el rezo del Santo Rosario. Esta oración tan querida al pueblo cristiano encontró en Fátima un centro propulsor para toda la Iglesia y el mundo. La “Blanca Señora”, en la aparición del 13 de junio, dijo a los tres Pastorcitos: “Quiero que recéis el Rosario todos los días”. Podríamos decir que Fátima y el Rosario son casi un sinónimo.
Mi visita a ese lugar tan especial tuvo su culmen en la Celebración eucarística del 13 de mayo, aniversario de la primera aparición de la Virgen a Francisco, Jacinta y Lucía. Recordando las palabras del profeta Isaías, invité a esta inmensa asamblea reunida, con gran amor y devoción, a los pies de la Virgen a alegrarse plenamente en el Señor (cfr Is 61, 10), porque su amor misericordioso, que acompaña nuestra peregrinación sobre esta tierra, es la fuente de nuestra gran esperanza. Y precisamente de esperanza está lleno el mensaje comprometido y al mismo tiempo consolador que la Virgen dejó en Fátima. Es un mensaje centrado en la oración, en la penitencia y en la conversión, que se proyecta más allá de las amenazas, los peligros y los horrores de la historia, para invitar al hombre a tener confianza en la acción de Dios, a cultivar la gran Esperanza, a hacer experiencia de la gracia del Señor para enamorarse de Él, fuente del amor y de la paz.
En esta perspectiva, fue significativo la apasionante cita con las organizaciones de la pastoral social, a las que indiqué el estilo del buen samaritano para salir al encuentro de las necesidades de los hermanos más menesterosos y para servir a Cristo, promoviendo el bien común. Muchos jóvenes aprenden la importancia de la gratuidad precisamente en Fátima, que es una escuela de fe y de esperanza, porque es también escuela de caridad y de servicio a los hermanos. En este contexto de fe y de oración, se celebró el importante y fraternal encuentro con el Episcopado portugués, como conclusión de mi visita en Fátima: fue un momento de intensa comunión espiritual, en el que dimos juntos gracias al Señor por la fidelidad de la Iglesia que está en Portugal, y confiamos a la Virgen las esperanzas y preocupaciones pastorales comunes. Estas esperanzas y perspectivas pastorales las mencioné también en el transcurso de la Santa Misa, celebrada en la histórica y simbólica ciudad de Oporto, la “Ciudad de la Virgen”, última etapa de mi peregrinación en tierra lusa. A la gran muchedumbre de fieles reunida en la Avenida dos Aliados recordé el compromiso de testimoniar el Evangelio en todo ambiente, ofreciendo al mundo a Cristo resucitado para que cada situación de dificultad, de sufrimiento, de miedo se transforme, mediante el Espíritu Santo, en ocasión de crecimiento y de vida.
Queridos hermanos y hermanas, la peregrinación a Portugal ha sido para mí una experiencia conmovedora y rica de muchos dones espirituales. Mientras permanecen fijas en mi mente y en mi corazón las imágenes de este viaje inolvidable, la acogida calurosa y espontánea, el entusiasmo de la gente, alabo al Señor porque María, apareciéndose a los tres Pastorcillos, abrió en el mundo un espacio privilegiado para encontrar la misericordia divina que cura y salva. En Fátima, la Virgen Santa invita a todos a considerar la tierra como el lugar de nuestra peregrinación hacia la patria definitiva, que es el Cielo. En realidad todos somos peregrinos, necesitamos de la Madre que nos guía. “Contigo caminamos en la esperanza, sabiduría y misión”, es el lema de mi Viaje Apostólico a Portugal, y en Fátima la beata Virgen María nos invita a caminar con gran esperanza, dejándonos guiar por la “sabiduría de lo alto” que se ha manifestado en Jesús, la sabiduría del amor, para llevar al mundo la luz y la alegría de Cristo. Os invito, por tanto, a uniros a mi oración, pidiendo al Señor que bendiga los esfuerzos de cuantos, en esa amada Nación, se dedican al servicio del Evangelio y a la búsqueda del verdadero bien del hombre, de cada hombre. Oremos también para que, por intercesión de María Santísima, el Espíritu Santo haga fecundo este Viaje apostólico, y anime en todo el mundo la misión de la Iglesia, instituida por Cristo para anunciar a todos los pueblos el Evangelio de la verdad, de la paz y del amor.
[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

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